¿Cuáles son las características de un hogar sin barreras?
INDICE
El hogar es, por definición, un espacio acogedor en el que sus habitantes se sienten seguros. Hacer accesible su vivienda, en el sentido más amplio, significa adaptarla a las necesidades de sus habitantes para mejorar su calidad de vida. Por lo tanto, una vivienda accesible es una vivienda en la que no hay limitaciones en cuanto a la habitabilidad, garantizando la autonomía doméstica y la protección de los inquilinos, especialmente si uno de ellos es discapacitado o si hay personas mayores con problemas de movilidad.
En estas situaciones, una vivienda accesible, en primer lugar, está libre de barreras arquitectónicas. Obviamente, la accesibilidad de las viviendas dependerá del tipo de discapacidad de sus habitantes y, en general, de las necesidades de todos los que viven en ellas a diario.
En toda casa sin barreras, las habitaciones se diseñan ad hoc o se renuevan en función de las nuevas necesidades de los habitantes o usuarios habituales.
La ausencia de barreras también permite que las personas con movilidad reducida, por ejemplo en silla de ruedas, accedan y se muevan por la casa con total libertad y autonomía, disfrutando de los espacios de los que disponen para realizar sus acciones cotidianas.
Puerta de entrada
En una casa sin barreras, la puerta de entrada, al igual que las demás, tiene una anchura mínima de 80 cm, para permitir la entrada también a los usuarios de sillas de ruedas, y está libre de escalones, tanto a la entrada como a la salida.
Baño
El cuarto de baño debe tener unas dimensiones mínimas de 165 x 180 cm y una bañera o ducha con tapa que tenga un suelo antideslizante y un asidero fuerte para apoyar a la persona discapacitada cuando pase de la silla de ruedas a la ducha y viceversa.
Lo mismo ocurre con el inodoro, que debe estar fijado al suelo o suspendido a una altura inferior a 45 cm y tener la cisterna colocada en una posición accesible. Por otro lado, la posición ideal del lavabo es a 60 cm del suelo, y los grifos tienen mandos de palanca o fotocélula.
Dormitorio
Los muebles del dormitorio deben estar dispuestos de manera que no restrinjan el paso, especialmente para asegurar la maniobra con la silla de ruedas cerca de la cama. El espacio entre mueble/mueble o mueble/pared debe ser de al menos 80 cm, y debe dejarse una zona libre de al menos 120 cm para permitir el paso de la silla de ruedas/cama y viceversa.
La cama debe ser regulable en altura y tener un somier que permita cambiar de postura y levantarla sin esfuerzo.
En comparación con el armario, el vestidor es mejor, ya que cuenta con estantes que se deslizan eléctricamente, cajoneras de material transparente para permitir ver el contenido y puertas correderas para que no necesiten un espacio frontal para abrirse. Estos dispositivos también permiten a las personas con dificultades de movilidad llegar a los estantes del armario y organizarlo sin problemas.
Cocina
Al igual que las demás estancias, la cocina debe diseñarse en función de la movilidad de la persona, para que pueda desplazarse con seguridad. La encimera y todos los utensilios utilizados para cocinar, como los electrodomésticos, deben estar colocados a la altura adecuada y dispuestos de forma que puedan moverse.
En cuanto a la cocina, es mejor tener una cocina de inducción para eliminar ciertos peligros como las fugas de gas. También es posible instalar paneles luminosos que indiquen que la cocina está en funcionamiento, una señal útil para las personas con mala vista, que evita el riesgo de quemaduras.
Por último, si la casa tiene varias plantas, o está situada en un edificio con más de una planta, debe estar equipada con un silla salvaescaleras o un miniascensor (de tamaño mínimo 110 x 140) para permitir el acceso de los usuarios de sillas de ruedas.
¿Cómo diseñar una casa sin barreras?
Un hogar sin barreras es un lugar planificado y organizado hasta el último detalle. Una vivienda puede diseñarse para que sea accesible desde el principio o renovarse en función de las necesidades de los ocupantes.
Para que una casa sea accesible, el edificio debe estar adaptado a las necesidades de todo el mundo, de modo que pueda ser alcanzado fácilmente incluso por los usuarios de sillas de ruedas.
Los accesos deben tener rampas y un suelo nivelado. El timbre debe colocarse a una altura que garantice que pueda ser utilizado por todos. En el caso de los edificios de varias plantas, un ascensor o un salvaescaleras es la solución ideal si hay escaleras.
La entrada a la casa debe estar libre de escalones. La normativa establece que el umbral puede tener una altura máxima de 2,5 cm, pero esto puede ser un obstáculo para las sillas de ruedas, especialmente las eléctricas. Si hay escalones, debe diseñarse una pequeña bajada para facilitar el acceso de las sillas de ruedas.
Las puertas de la vivienda, así como las del edificio en el que se encuentra, deben tener un peso de rebote inferior a 12 kg y, para facilitar la entrada y salida de los discapacitados, deben estar equipadas con un tirador, que facilite el cierre sin tener que volver a maniobrar la silla de ruedas.
En toda la vivienda, los interruptores de la luz deben estar colocados a una altura que permita a los usuarios de sillas de ruedas utilizarlos, y los pasillos no deben ser estrechos, sino tener una forma que facilite el paso de las personas que utilizan ayudas, es decir, una anchura mínima de 90 cm, aunque lo ideal es 150 cm.
Esto también garantiza que los usuarios de sillas de ruedas puedan maniobrar. Por último, es necesario proteger las paredes y los bordes de los posibles impactos de la silla de ruedas.
El suelo debe ser antideslizante y, si hay umbrales, éstos deben estar biselados y no superar un centímetro.
Para garantizar la seguridad y la autonomía de los discapacitados, las salas deben ser lo suficientemente amplias como para que los usuarios de sillas de ruedas puedan moverse libremente. Además, es aconsejable disponer los componentes y el mobiliario de cada habitación del centro de forma que los usuarios de sillas de ruedas tengan el espacio ideal para maniobrar y acercarse a ellos.
Diseñar un cuarto de baño con los sanitarios y accesorios en el centro, por ejemplo, permite a la persona discapacitada tener todo lo que necesita cerca, para evitar maniobras extrañas, largas y difíciles para ir de un sitio a otro.
Adaptación de la vivienda y eliminación de las barreras arquitectónicas
La adaptabilidad es un concepto que indica la posibilidad de realizar cambios en un inmueble sin afectar a la estructura del edificio ni a sus instalaciones. Estos cambios se producen a lo largo del tiempo, en función de las diferentes necesidades de los habitantes a lo largo de los años, y a un coste razonable.
Para que esto sea posible sin renovar por completo la vivienda, hay que pensar en la evolución del proyecto desde el principio, teniendo en cuenta las futuras transformaciones necesarias para que todos los espacios del edificio sean accesibles a los usuarios. Por lo tanto, los diseñadores deben proyectar las construcciones prestando especial atención a los cambios inherentes a todos los seres humanos que se producen con el envejecimiento, a menos que ya exista un requisito de diseño subyacente para una casa que acoja a una persona discapacitada.
También se ha avanzado mucho en este sentido desde el punto de vista normativo y fiscal. Quienes adapten sus viviendas eliminando las barreras arquitectónicas pueden beneficiarse de deducciones fiscales que varían en función de determinados requisitos, ya sean relacionados con el tipo de adaptación/renovación, el tipo de discapacidad o la capacidad económica de los usuarios.
Entre las intervenciones cubiertas por la deducción fiscal se encuentran:
- instalación de sistemas que rompen las barreras arquitectónicas, como ascensores y salvaescaleras, tanto dentro como fuera del hogar;
- trabajos realizados en sistemas o herramientas que facilitan el desplazamiento de las personas con problemas para caminar, como la sustitución de escalones por rampas.
- Innovaciones de vanguardia en este campo
La atención prestada por la investigación a estas cuestiones ha impulsado el desarrollo de numerosas innovaciones, en constante evolución, para adaptar la vivienda y hacerla apta para los discapacitados. Se trata de la domótica, un sistema de tecnologías informáticas y electrónicas que permite gestionar el hogar y hacerlo «inteligente» para facilitar las actividades cotidianas y ahorrar tiempo y esfuerzo.
Los mandos a distancia, teléfonos y otros dispositivos se utilizan para realizar una serie de acciones a distancia: abrir y cerrar puertas, portones, ventanas; encender y apagar luces, calefacción o electrodomésticos; comunicarse dentro del hogar.
Para las personas con discapacidad, también hay mandos a distancia con control de voz o con sensor táctil que pueden utilizarse sin presión.
Entre las tecnologías más avanzadas están los sistemas que reconocen a la persona mediante un chip que lleva o coloca en su silla de ruedas: sin realizar ninguna acción, los portones, puertas y ascensores se abren a su paso.
El resultado de la utilización de estas técnicas es una mejora considerable de la calidad de vida de los discapacitados, así como de su salud.