Discapacidad, minusvalía o diversidad funcional son términos parecidos que a menudo se confunden o se usan cómo sinónimos cuando a la practica indican aspectos diferentes de las enfermedades y problemas a los que se enfrentan las personas. Vamos a verlo:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la discapacidad y la minusvalía son condiciones distintas. La dificultad para distinguir estos términos ha llevado a la OMS a definirlos a través de parámetros que tienen en cuenta la condición de salud física y mental y los efectos que ésta tiene en las personas discapacitadas.
Mientras discapacidad tiene una connotación negativa (ya que viene implícito que la persona es incapaz de realizar alguna acción y tiene un carácter discriminatorio) diversidad funcional viene a sustituir esa palabra, teniendo una connotación más positivo que términos como discapacidad o minusválido.
Según la OMS, la discapacidad es una anormalidad en la conformación del cuerpo o en las funciones fisiológicas o psicológicas. Mientras que la minusvalía es la condición de desventaja social que resulta de la inclusión de la persona discapacitada en la sociedad
La discapacidad, además, puede causar una pérdida permanente o transitoria de la función del cuerpo o de la mente, es un síntoma de un estado patológico que puede estar presente durante toda la vida o en algún momento y puede ser de naturaleza temporal o permanente. Es una condición medible y el diagnóstico de la patología implicada sigue criterios estables.
¿QUÉ ES LA Discapacidad? DIFERENCIAS VS MINUSVALÍA
INDICE
La discapacidad es la consecuencia de una deficiencia: puede ser un efecto directo o una reacción psicológica a una enfermedad. Indica la limitación o pérdida de la capacidad de realizar una actividad en los términos considerados normales para un sujeto igual al paciente. La discapacidad afecta a la capacidad de rendimiento de un individuo por exceso o por defecto.
La discapacidad es el efecto práctico y verificable de la minusvalía. Por ejemplo, una deficiencia que afecte a las piernas da lugar a una discapacidad para caminar, mientras que una deficiencia de la percepción visual da lugar a una discapacidad visual, es decir, a la ceguera.
En función de las capacidades afectadas por la deficiencia, se han definido diferentes tipos de discapacidad:
- Discapacidades causadas por deficiencias en la capacidad intelectual.
- Discapacidades derivadas de deficiencias del habla y del lenguaje.
- Psicológicas.
- Auditivas.
- Oculares.
- Discapacidades debidas a deficiencias generalizadas, sensoriales y de otro tipo.
¿QUÉ ES LA MINUSVALÍA? DIFERENCIAS VS DISCAPACIDAD
La minusvalía es la condición de desventaja social que resulta de la inclusión de la persona discapacitada en la sociedad. Debido a la discapacidad, la persona no puede desempeñar el papel que sus características socioculturales le atribuyen. La minusvalía indica, pues, el desfase entre las expectativas de rendimiento de la sociedad o del propio sujeto y su grado de eficacia. Esta diferencia insalvable se hace especialmente evidente en un contexto competitivo.

Si hay integración del sujeto en la comunidad hay desventaja, por lo tanto hay minusvalía. Así pues, se produce una minusvalía cuando una persona tiene un impedimento físico o mental que le causa problemas de aprendizaje o una capacidad de trabajo reducida. Por ejemplo, la discapacidad comunicativa de un alumno, derivada de una deficiencia lingüística, puede suponer una desventaja en la escuela, lo que hace necesario un apoyo al aprendizaje.
Los parámetros que definen la diferencia entre discapacidad y minusvalía derivan de la evolución de las herramientas de clasificación de las patologías orgánicas, conductuales y mentales desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud desde el siglo pasado.
La clasificación elaborada en 2001 (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud) es el resultado de un largo proceso, al final del cual la OMS logró proponer un nuevo modelo que establece la diferencia entre discapacidad y minusvalía y deja de lado el significado negativo de la minusvalía.
Gracias a la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF, 2001), la minusvalía ya no se considera absoluta, sino que depende de la relación entre el individuo y el contexto.
Antes de llegar a esta conclusión, la OMS elaboró una primera «Clasificación Internacional de Enfermedades» (CIE, 1970) y una «Clasificación Internacional de Enfermedades» (CIE, 2001). (CIE, 1970) y una década más tarde una «Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías» (CIDDM). El desarrollo de estos dos instrumentos marcó la transición de una visión médica de la enfermedad a un enfoque multidisciplinar de la discapacidad, que considera la desventaja de la persona discapacitada en el momento de la integración en la comunidad.
Así, la CIDDM es la primera clasificación que define
- minusvalía como consecuencia de la deficiencia que determina una incapacidad para actuar;
- la minusvalía como la desventaja a la que se enfrenta la persona discapacitada cuando se incluye en la comunidad.
Sin embargo, este instrumento sigue ligado a la connotación negativa de la discapacidad y las críticas a la clasificación plantean la cuestión de si la discapacidad es una consecuencia de la enfermedad o de la sociedad. La CIDDM es el primer paso hacia una concepción de la discapacidad que valora las capacidades residuales en lugar de las dificultades.
Así es como la OMS llegó a la CIF de 2001 que, partiendo de una base científica para el estudio de la salud y entendiendo la diferencia entre discapacidad y minusvalía, pretende describir la salud y la enfermedad en un lenguaje común que pueda ser utilizado por los diferentes profesionales que se ocupan de la discapacidad.
La CIF define la salud como un estado de bienestar físico y social, no como la ausencia de enfermedad, mientras que la discapacidad se define como una condición determinada por múltiples factores: fisiológicos, psicológicos y sociales.
Hoy en día, la deficiencia se define como una desviación o pérdida orgánica o funcional, mientras que la discapacidad resultante y las dificultades a las que se enfrenta la persona discapacitada en la vida cotidiana deben considerarse también en relación con el entorno personal, es decir, la familia, la escuela, el trabajo y las estructuras y servicios que ofrece la sociedad.
¿Qué es la diversidad funcional? DIFERENCIAS VS MINUSVALÍA Y DISCAPACIDAD
Se denomina así al conjunto de problemas o afecciones que pueden dificultar la vida cotidiana de un niño o una niña. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la discapacidad funcional describe a aquellas personas que tienen problemas que también afectan a las limitaciones de su estructura corporal para realizar acciones cotidianas o mantener relaciones sociales con sus compañeros. Debido a su amplitud, también se habla de tipos de diversidad funcional, ya que el término engloba varias condiciones.
El nombre de diversidad funcional pretende sustituir a lo que antes se conocía como «discapacidad». Se trata de un término más actual que engloba una serie de problemas y afecciones, pero cuyo punto de partida es muy diferente. Este término tiene hoy una mayor aceptación social.
La diversidad funcional ofrece un aspecto más democrático e igualitario. La palabra diversidad se refiere a la individualidad de cada ser humano. Mientras tanto, el término «discapacidad» hace referencia a una supuesta «carencia» en relación con una determinada «normalidad», algo que hoy en día ha quedado obsoleto.
El peligro no sólo radicaría en la categorización y sus connotaciones, sino sobre todo en que sería la propia sociedad la que impondría esas condiciones a las que la persona con discapacidad no puede adaptarse. Se trata de una idea constructivista, que es fácil de entender a través de la siguiente afirmación: si todo el mundo fuera ciego, serlo no sería un problema: la sociedad adaptaría el contexto a la ceguera.
Es la sociedad la que excluye a los individuos con diversidad funcional y los aparta de la «normalidad» al no crear productos, recursos o herramientas accesibles para ellos. Esta exclusión tiene un cierto pragmatismo porque es más conveniente considerar a la mayoría que pensar en la universalidad de la población. Pero al hacerlo, proporcionamos trastornos incapacitantes a personas que no deberían sufrir.
Más allá de los tipos de diversidad funcional, es importante saber que este concepto aborda tres aspectos principales. Por un lado, está la deficiencia, es decir, la pérdida de una estructura o función, ya sea mental o física. Por otro lado, está la discapacidad, es decir, la limitación o ausencia total de una determinada actividad. Y por último está la minusvalía, es decir, cuando una persona está en desventaja como consecuencia de una deficiencia o discapacidad que afecta a su vida cotidiana.
¿CUANDO NACIÓ ESTE CONCEPTO?
En 2005 cuando el Foro de la Vida independiente se comenzó a desarrollar una nueva nomenclatura para englobar a este colectivo: diversidad funcional. Su principal misión, cómo hemos descrito anteriormente, era eliminar la connotación negativa del término.
Por ejemplo, una persona a la que le falta una pierna no es incapaz de desplazarse sino que lo realiza de una forma distinta (muletas, prótesis, silla de ruedas…) pero al final es capaz de realizar ese mismo objetivo. De ahí el nacimiento del término diversidad funcional.
PROS Y CONTRAS DEL TÉRMINO DIVERSIDAD FUNCIONAL PARA EL COLECTIVO:
Una de las ventajas de sustituir el término discapacidad por diversidad funcional es el hecho de enterrar el estigma o connotación negativa que recoge la palabra «discapacitado». Hace enfásis en una forma distinta de realizar una misma actividad. Una forma distinta de realizar una actividad de lo que la inmensa mayoría considera «normal».
Por ejemplo, una persona en silla de ruedas no es incapaz de desplazarse simplemente lo hace de otra forma. En cualquier caso, solo no es capaz de desplazarse como lo hace la mayoría. La palabra «diversidad» en la mayoría de contextos ha acabado significando tolerancia. Términos como diversidad étnica, diversidad de género o diversidad sexual.
Por otro lado, la principal desventaja, es que el grueso de la población no conoce este término. Tampoco lo adoptó el comité español de representantes de personas con discapacidad (CERMI) que sigue prefiriendo el concepto discapacidad aludiendo que el término diversidad funcional no describe la realidad del colectivo.
TIPOS DE DIVERSIDAD FUNCIONAL:
1 DIVERSIDAD FUNCIONAL Física o motora

Física o motora implica una discapacidad física que limita o dificulta la realización de determinados movimientos, como moverse, manipular objetos e incluso respirar. Puede deberse a diferentes circunstancias, desde problemas óseos o musculares hasta accidentes. También puede ser el resultado de ciertos problemas en la corteza motora. La diversidad funcional motora es común en niños con esclerosis múltiple, lesión medular, espina bífida, parálisis cerebral, distonía muscular y acondroplasia.
2 VISUAL
La diversidad funcional visual incluye tanto la ceguera como la discapacidad visual leve. Incluye a los niños con cataratas, estrabismo, inflamación ocular, etc. Dependiendo de la gravedad, puede ser un problema para desarrollar la vida diaria.
3 DIVERSIDAD FUNCIONAL AUDITIVA

La diversidad auditiva Está relacionada con problemas o dificultades auditivas, algo que puede ser muy leve y no afectar a la vida diaria o, en casos más graves, llegar a la sordera.
En muchos casos, tanto los problemas de visión como los de audición pueden provocar problemas de aprendizaje. Además de la pérdida de audición, también puede haber una pérdida de audición que afecte a la vida diaria, algo que, por ejemplo, ocurre cuando se desarrolla el habla oral. Si el niño no oye bien, tendrá más dificultades para adquirir y comprender el lenguaje.
4 DIVERSIDAD FUNCIONAL INTELECTUAL Y PSÍQUICA
La diversidad funcional intelectual es el cuarto tipo y describe a aquellas personas con trastornos mentales que afectan a su funcionalidad y a su vida cotidiana. Cuando aparecen dificultades cognitivas, se habla de discapacidad. Mientras que antes se utilizaba el términos con una connotación más negativa como «retraso mental», hoy los problemas de adaptación y las dificultades de aprendizaje se refieren a la diversidad intelectual y mental.
La discapacidad intelectual puede afectar al desarrollo intelectual, físico y psicológico. Ejemplos de esta condición son el síndrome de Down. La diversidad intelectual se refiere a la inteligencia, mientras que la diversidad mental se refiere a la comunicación y a las interacciones sociales que influyen en el comportamiento adaptativo pero que no están relacionadas con la inteligencia. Este es el caso del trastorno bipolar o la esquizofrenia.
5 MULTISENSORIAL
Por último, el expediente de diversidad multisensorial abarca a las personas con deficiencias visuales y auditivas. El síndrome de Usher es el más conocido y afecta a los niños que nacen con problemas de audición y que también pierden la vista en la adolescencia.
¿Qué es la incapacidad civil?
La incapacidad civil es el reconocimiento de un impedimento físico, mental o intelectual que limita la capacidad de trabajo en al menos 1/3. Esta condición es el resultado de una deficiencia y tiene consecuencias sociales, pero es diferente de la discapacidad.
Un incapacitado civil es un ciudadano de entre 28 y 65 años que tiene un déficit que reduce de forma permanente la capacidad de trabajar, pero también puede ser un menor de 18 años que tiene dificultades para desempeñar sus funciones, o una persona mayor de 65 años a la que hay que garantizar asistencia y acompañamiento.
La diferencia entre discapacidad e incapacidad radica en la valoración médica: se considera que una persona es incapacitada si la patología afecta a su capacidad laboral, y la invalidez se considera más grave si afecta a una parte del cuerpo útil para trabajar. La minusvalía, en cambio, se evalúa en función de la posibilidad de que la persona discapacitada quede marginada o no tenga las mismas oportunidades a nivel social que los individuos de su comunidad, debido a la discapacidad e independientemente de su capacidad laboral.
El reconocimiento de la invalidez civil es un proceso diferente al del reconocimiento de la incapacidad y es necesario para tener derecho a las prestaciones por incapacidad.
El concepto de diversidad funcional viene a romper con la idea de que las personas con discapacidad sufren un trastorno que las hace incapaces. La sociedad clasificará a esos individuos como personas con discapacidad.
Minusvalía, discapacidad Y DIVERSIDAD FUNCIONAL en la vida cotidiana
La diversidad de situaciones a las que puede enfrentarse una persona con discapacidad en su vida diaria pone de manifiesto la importancia de situar las necesidades de las personas con autonomía limitada en un contexto cotidiano.
La definición clara y el reconocimiento de la diferencia entre discapacidad y minusvalía es el primer paso para mejorar la vida de los discapacitados. Dado que la condición de discapacitado está motivada por la inclusión en la comunidad, es el entorno social el que debe adaptarse para que las opciones disponibles para una persona con una enfermedad o deficiencia y las que no tienen esos problemas sean lo más iguales posible.
La ley, que protege los intereses de los discapacitados, también permite acceder a desgravaciones fiscales por el acceso a terapias y dispositivos útiles para realizar las actividades cotidianas sin dificultad. Para garantizar la integración de la persona, es necesario en primer lugar hacer accesibles los lugares de estudio y trabajo, así como los espacios domésticos. Además, es importante que se utilicen métodos de comunicación integrados y adaptables para no crear discriminación.
Para las familias de personas con discapacidades motrices, que tienen que desplazarse en silla de ruedas o tienen dificultades para superar las barreras arquitectónicas, hay descuentos en los productos que se instalan en el hogar. Estos dispositivos sirven para mejorar la capacidad funcional de los discapacitados y hacerlos más autónomos.
Por ejemplo, para superar las barreras arquitectónicas, los familiares de una persona que no goza de total autonomía pueden instalar dispositivos como salvaescaleras, que les permiten llegar a todos los niveles y subir escaleras con total seguridad.
Además, la ley garantiza la desgravación fiscal de los dispositivos de rehabilitación y asistencia a las personas discapacitadas, lo que hace que la posibilidad de instalar una plataforma elevadora o un salvaescaleras esté al alcance de todos.
RESUMEN: ENTIENDIENDO LOS BÁSICOS:
¿Cuál es el término correcto para las personas con discapacidad? u003cbru003e
Actualmente la sociedad está dividida y existen dos conceptos válidos para referirse a este colectivo. Por un lado tenemos el término u003cstrongu003ediscapacidad u003c/strongu003eal que se le puede dar una connotación negativa (persona que es incapaz de realizar alguna acción) y por otro lado tenemos la palabra u003cstrongu003ediversidad funcionalu003c/strongu003e que no tiene esta connotación pero tiene la desventaja que no es aceptada por todas las organización (cómo el caso del CERMI) ni tampoco recoge fielmente las dificultades de ese colectivo.u003cbru003eu003cbru003eEn cualquier caso, existiendo diversos puntos de vista y con un lenguaje tan rico lo importante es referirse a este colectivo de forma respetuosa y solidaria.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE MINUSVALÍA Y DISCAPACIDAD O DIVERSIDAD FUNCIONAL?
Mientras discapacidad tiene una connotación negativa (ya que viene implícito que la persona es incapaz de realizar alguna acción y tiene un carácter discriminatorio) diversidad funcional viene a sustituir esa palabra, teniendo una connotación más positivo que términos como discapacidad o minusválido.
¿Qué dice la OMS sobre la discapacidad?
La u003cstrongu003eOrganización Mundial de la Salud (OMS)u003c/strongu003e u003cstrongu003ereconoce que la discapacidad y la minusvalía son condiciones distintas. u003c/strongu003eLa dificultad para distinguir estos términos ha llevado a la OMS a definirlos a través de parámetros que tienen en cuenta la condición de salud física y mental y los efectos que ésta tiene en las personas discapacitadas.
¿Por qué persona con discapacidad es más adecuado que discapacitado?
Lo más adecuado al hablar de una persona con discapacidad o diversidad funcional es referirse a ella cómo una persona es por esto que suele ser más adecuada adoptar el primer término que el segundo.