Las baterías empleadas en salvaescaleras representan un componente fundamental en la operación de la gran mayoría de sillas de movilidad para el ascenso de escaleras en la actualidad, desempeñando el papel crucial de fuente de energía. En el ámbito de las soluciones de movilidad propulsadas por baterías recargables, surgen inquietudes que merecen nuestra atención.
Preguntas esenciales, tales como: «¿Cuál es la duración típica de la batería en un salvaescaleras?», «¿Cómo podemos identificar el agotamiento de la batería en nuestra silla de movilidad?», y «¿Cuál es el procedimiento adecuado para sustituir estas baterías?», son cuestiones de suma relevancia que pretendemos esclarecer de manera minuciosa en las siguientes líneas.
¿Cuál es la duración de una batería de un salvaescaleras?
INDICE
La duración de las baterías en un salvaescaleras es un aspecto de relevancia que se encuentra influenciado por diversos factores.
En primer lugar, la vida útil de estas se halla estrechamente ligada al nivel de utilización, así como al modelo y tipo empleadas. En términos generales, siguiendo la clasificación EUROBAT, se estima que las baterías pueden mantener su funcionalidad durante un período aproximado de 3 a 5 años.
Cabe destacar que existen modelos que sobrepasan esta estimación, alcanzando un rango de entre 6 y 9 años.
La frecuencia de empleo y la ubicación del salvaescaleras también desempeñan un papel fundamental. Un uso cotidiano difiere significativamente de un uso ocasional, y las condiciones meteorológicas, especialmente en entornos exteriores, pueden incidir en el rendimiento. Las baterías suelen funcionar óptimamente dentro de un intervalo de temperatura entre 3°C y 25°C.
Asimismo, la duración está vinculada a los ciclos de carga y descarga. Por lo general, según el tipo de batería, se garantizan más de 300 ciclos completos, más de 600 ciclos al 50% de capacidad, y más de 1400 ciclos al 25% de capacidad.
Es importante tener en cuenta que, con una carga completa, un salvaescaleras puede ejecutar aproximadamente más de 15 maniobras completas, aunque esta cifra varía en función de la distancia a recorrer y la inclinación de la escalera. A menos que ocurra una interrupción en el suministro eléctrico, las baterías del salvaescaleras nunca se descargan por completo.
La elección del tipo por parte del fabricante también incide en su duración. La mayoría utiliza baterías de Plomo AGM y Gel, con una tensión de 12 Voltios y una capacidad que oscila entre 2,9 y 22 Amperios. Algunos fabricantes optan por NiCd, también de 12 voltios. La selección del tipo de batería puede impactar en la longevidad y el rendimiento del salvaescaleras.
¿Cuánto tardan en agotarse?
Detectar el agotamiento de la batería en un salvaescaleras con precisión es un aspecto relevante, pero, en muchos casos, puede resultar desafiante debido a la ausencia de un indicador de nivel de carga en la mayoría de los modelos de sillas salvaescaleras.
La capacidad de una batería en buenas condiciones permite la realización de múltiples maniobras completas, que a menudo superan las 15 o 20 operaciones, dependiendo de las especificidades de la instalación.
Dado que las baterías en sillas salvaescaleras raramente se agotan por completo, identificar un decremento anormal en su capacidad debido a la edad o al número de ciclos de carga es una tarea compleja. En este sentido, la detección del agotamiento de la batería es difícil a menos que las estén en un estado crítico, incapaces de completar ni un solo recorrido o se vean sometidas a un uso intensivo sin acceso a la recarga.
Generalmente, se recargan de manera automática cuando la silla de movilidad se encuentra en reposo y ubicada en el punto de carga automático, que suele situarse en uno de los extremos del recorrido. Este proceso garantiza que la batería esté completamente cargada y lista para su próximo servicio.
Además, la mayoría de modelos de sillas salvaescaleras incorporan señales acústicas, códigos de error o mensajes específicos para alertar al usuario en caso de que la silla no esté en el punto de carga, indicando la posibilidad de agotamiento de la batería.
¿Cuando cambiarlas?
La sustitución de las baterías en una silla salvaescaleras es un procedimiento esencial que requiere consideraciones técnicas específicas. Estas sillas generalmente operan a 24 voltios, lo que implica que comúnmente cuentan con dos de 12 voltios como su fuente de energía.
Por lo general, las baterías se ubican detrás de una cubierta en la parte inferior del asiento de la silla. Sin embargo, es fundamental destacar que llevar a cabo el reemplazo debe ser confiado a personal calificado y especializado, como un servicio técnico para salvaescaleras.
Esto no implica necesariamente contactar directamente al fabricante o a la empresa que instaló la silla, ya que actualmente es relativamente sencillo encontrar una amplia gama de modelos en el mercado de repuestos. En consecuencia, la mayoría de las empresas especializadas en la instalación de sillas salvaescaleras pueden efectuar el reemplazo de baterías sin importar la marca o el modelo del dispositivo.
Es aconsejable solicitar presupuestos previos, ya que el costo de las baterías puede variar significativamente según el tipo y modelo específicos.
Mantenimiento preventivo de las baterías en un salvaescaleras
El mantenimiento preventivo es una práctica crucial cuando se trata de las baterías de sillas salvaescaleras. Consiste en una serie de acciones planificadas y regulares que tienen como objetivo garantizar que funcionen de manera óptima durante toda su vida útil. Este tipo de mantenimiento es esencial para evitar problemas inesperados, alargar la duración de las baterías y, en última instancia, asegurar que la silla salvaescaleras esté siempre lista para su uso.
Limpieza y revisión de terminales: Es fundamental mantener limpios los terminales de las baterías para asegurar una conexión eléctrica eficiente. Se recomienda inspeccionar los terminales regularmente y limpiarlos si se detecta corrosión o acumulación de suciedad. El uso de un cepillo de cerdas suaves o un limpiador de terminales es una práctica común.
Inspección de cables y conexiones: Verificar que los cables que conectan las baterías estén en buen estado, sin cortes ni daños. También es importante asegurarse de que las conexiones estén ajustadas y en buen estado. Cualquier signo de desgaste o daño debe abordarse de inmediato.
Control de la carga y descarga: Monitorear regularmente el proceso de carga y descarga de las baterías. Esto implica observar si se cargan completamente y si mantienen su carga durante un período adecuado. Si se detecta que no se cargan como deberían o se descargan más rápido de lo habitual, podría ser un indicio de problemas.
Programación de recargas regulares: En caso de que la silla salvaescaleras no se utilice con frecuencia, es recomendable programar recargas regulares para evitar que se descarguen por completo. Esto es particularmente importante si la silla se mantiene inactiva durante largos periodos.
Reemplazo programado: A pesar de realizar un mantenimiento preventivo adecuado, las baterías tienen una vida útil limitada. Es importante tener un plan para el reemplazo cuando se acerque el final de su vida útil, lo cual suele estar dentro del rango de 3 a 5 años. El reemplazo oportuno es esencial para garantizar la seguridad y el funcionamiento ininterrumpido de la silla.
Las baterias de los salvaescaleras y la incidencia de la temperatura
El entorno en el que se utilizan y almacenan puede influir significativamente en su rendimiento y duración. Aquí se exploran algunas de las consideraciones ambientales clave relacionadas con las baterías de sillas salvaescaleras:
Temperatura: La temperatura es un factor crítico que puede afectar en el rendimiento. Las baterías funcionan mejor dentro de un rango de temperatura específico, generalmente entre 3°C y 25°C. Temperaturas extremadamente altas o bajas pueden reducir la eficiencia de la batería y acortar su vida útil. Es fundamental evitar la exposición a condiciones ambientales adversas.
Humedad: La humedad excesiva o la exposición a la humedad constante pueden ser perjudiciales. La humedad puede causar corrosión en los terminales y cables, lo que afecta negativamente la conductividad eléctrica. Es esencial mantener las baterías y la silla salvaescaleras en un entorno seco siempre que sea posible.
Almacenamiento a largo plazo: Si se prevé que la silla salvaescaleras no se utilice durante un período prolongado, se deben tomar precauciones específicas para el almacenamiento de las baterías.
Las baterías deben estar completamente cargadas antes de almacenarlas, y es importante mantenerlas en un lugar fresco y seco. Además, se recomienda verificar y recargarlas de manera regular durante el almacenamiento para evitar la autodescarga.
Exposición a elementos exteriores: Si la silla salvaescaleras se encuentra en exteriores, debe estar protegida de las inclemencias del tiempo, como la lluvia y la luz solar directa. Las baterías y otros componentes pueden sufrir daños si quedan expuestos a condiciones meteorológicas adversas de forma constante.
Climas extremos: En áreas con climas extremadamente fríos o cálidos, se deben tomar precauciones adicionales. En climas fríos, pueden experimentar una reducción en su capacidad, mientras que en climas cálidos, la temperatura excesiva puede acortar su vida útil. Algunos modelos de sillas salvaescaleras cuentan con sistemas de calefacción para mantenerlas a una temperatura óptima en climas fríos.
La gestión adecuada de estas baterías a lo largo de su vida útil es crucial para mantener un funcionamiento óptimo y evitar sorpresas desagradables. Desde el mantenimiento preventivo hasta la consideración de factores ambientales, estar al tanto de estos aspectos puede marcar la diferencia en la duración y el rendimiento.
Recordemos que, aunque tienen una vida útil finita, un cuidado apropiado y una sustitución oportuna pueden proporcionar años de movilidad sin problemas. Con este conocimiento, las sillas salvaescaleras pueden seguir siendo una solución confiable para la accesibilidad y la independencia en el hogar y otros entornos.